Difícil situación
se presenta hoy en mi corazón
pues hoy que te haz ido
me siento perdido.
En medio de la mar
me imagino estar,
sin remos, sin chaleco,
nada que me pueda salvar.
Nadie a quien pueda gritar
y con mi única desesperación
de buscarte y no encontrarte
y de encontrarte, que tu no quieras quedarte.
¡Que hago dios mio!
me pregunto una y otra vez,
pues apenas comienzo este delirio
quedando preso en este cruel martirio.
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